Pampatar

Samuel Guillen propone para esta muestra un
conjunto de candelabros en metal con baño de plata y esmalte, cuya estructura
evoca memorias de su infancia. La configuración del conjunto refleja el
souvenir de Guillén, niño, viajando en las cercanías de la refinería el Palito
(1954) donde ductos de destilación, conexiones o luces titilantes estaban
coronadas por gigantescas chimeneas humeantes, las cuales dominaban el
paisaje industrial, ícono de la Venezuela petro-moderna.
Las piezas que conforman el conjunto –cuya base son tuberías de cobre para
funciones utilitarias– transformadas en obras polícromas ornamentales
permiten variaciones formales, conectándose unas a otras. Su ensamblaje
propone así un juego entre la luz y el color. El esmalte de vidrio matificado y
homogéneo ofrece una apariencia de solidez tonal. Guillén trabaja con el
verde, el azul o el rojo acoplados a anillos de tubos esmaltados en negro,
como una forma de sugerir la idea de los recursos petroleros que hicieron
posible el progreso moderno del país. Acá la plata, el esmalte vidriado – legado
de Miguel Arroyo y su propósito de crear objetos de diseño “bien hechos” y
preciosos – ennoblecen los tubos de cobre y articulan la coloración a la idea de
“integración de las artes”, emblemática de la modernidad occidental.
El Palito, 2024
Candelabros de cobre con baño grueso de plata, cobre esmaltado de vidrio, plata e imanes.

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Exactly: precision and process